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miércoles, 13 de abril de 2016

LA AVENIDA DE LOS BAOBABS. Toda una historia en sus raíces.


El baobab es posiblemente el árbol que más mitos y leyendas ha generado a lo largo de la historia. Un árbol gigantesco que por sus dimensiones parece pertenecer a otro mundo. Sus ramas parecen querer estar más próximas al cielo que a la Tierra y con ese afán crecen durante miles de años. En la isla de Madagascar encontramos cientos de estos maravillosos árboles anclados a las orillas del camino que lleva desde Morondava a Belon’i Tsiribihina. 
Una travesía que es conocida por la gente del lugar como la Avenida de los Baobabs. El camino de arcilla que los nativos pisan descalzos está flanqueado por baobabs en ambos lados, los últimos integrantes de lo que en un tiempo pasado fue un bosque frondoso que fue expoliado por los furtivos y las malas gestiones administrativas. 
En las raíces de estos árboles está la historia de África, un continente fuerte y con gran riqueza natural que aún no ha podido utilizar todo su potencial. En la actualidad las autoridades de Madagascar han tomado cartas en el asunto y están protegiendo este paisaje maravilloso y centenario.





La belleza de la Avenida de los Baobabs es un poderoso imán que atrae a la mayoría de turistas que visitan la isla de Madagascar. Una de las imágenes más bonitas, y a la vez típica, es intentar abrazar el perímetro del tronco del árbol varias personas a la vez unidas por las palmas de las manos. Una tarea complicada ya que el diámetro en la base de la Andasonia, tipo de Baobab que está en el callejón, puede llegar a los once metros.






Madagascar, refugio de los Baobabs.

En la pequeña isla de Madagascar el Baobab encuentra su jardín idóneo dónde cultivarse, en sus fértiles tierras podemos encontrar hasta seis tipos diferentes de Andasonia, un árbol miembro de la familia de las Bombacaceae, más conocidos como Baobabs o árboles botella o pan de mono. Por todo Madagascar podemos encontrar la variedad Andasonia Grandidieri que es la especie que alcanza un mayor tamaño. Es bastante común encontrarse ejemplares de este tipo que superen los veinticinco metros de altura.



Las otras dos variedades de Baobabs son el gibosa, que solo crece en tierras australianas y la Andasonia digitataque únicamente echa raíces en el centro del continente africano, posiblemente es la variedad más común y más extendida en número de ejemplares. Como nota curiosa es precisamente a este tipo de Baobab al que se hace referencia en el libro el Principito de Antoine de Saint-Exupéry con el siguiente texto:

“Había unas semillas terribles en el planeta del principito… eran las semillas de baobab. El suelo del planeta estaba plagado de ellas. Y de un baobab, si uno se deja estar, no es posible desembarazarse nunca más. Obstruye todo el planeta. Lo perfora con sus raíces. Y si el planeta es demasiado pequeño, y si los baobabs son numerosos, lo hacen estallar.” 


El mejor momento para visitar la Baobab Avenue, es al atardecer y el amanecer, cuando los colores de los troncos cambian y las largas sombras de los árboles son más pronunciadas.
Se puede llegar desde Morondava a pie, en bicicleta o taxi-brousse en la dirección de Belo-sur-Tsiribihina. Un pequeño pueblo y una escuela se encuentran cerca. La ubicación tambie´n es conocida como Allée de Baobab, Avenue du Baobab, Adansoinia baobabs grandidieri, o el Callejón de Baobabs.






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