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jueves, 30 de abril de 2015

BRUJAS. Una ciudad con sabor a historia.


No se necesitan muchas palabras para describir Brujas: su solo nombre ya evoca un ambiente mágico e inolvidable. Quienes la han visitado lo dicen: un paseo por Brujas es un viaje al pasado, un cuento de hadas hecho realidad. Brujas, a sólo una hora en tren de Bruselas, entusiasma a todos por igual. Las visitas de sus canales, sus edificios históricos, su aire romántico, dejarán huella en tu memoria. El caso histórico de Brujas fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.
Hace 800 años. Brujas era la primera gran capital del Condado de Flandes y una de las principales ciudades comerciales de Europa. Actualmente, dentro de las murallas de la ciudad se puede contemplar una enorme cantidad de monumentos y tesoros artísticos. Las murallas, torres y puertas de acceso a la ciudad medieval se conservan prácticamente intactas. Desde hace algunos años el tráfico de vehículos se regula en favor de los peatones. Por eso es recomendable dejar el coche en alguno de los lugares de aparcamiento, situados a un paso del centro. La forma más adecuada de visitar Brujas es a pie para poder disfrutar pausadamente de todos sus encantos. Tambie´n puedes optar por un paseo en barca recorriendo sus canales medievales, durante el cual podrás contemplar la belleza de esta ciudad con una prespectiva diferente.
El corazón de Brujas se encuentra en el Grote Markt o Plaza Mayor, circundada por espléndidas fachadas como las del Palacio Provincial el salón de los tejidos o "De Lakenhalle" y el imponente monumento conocido como Atalaya, símbolo de la libertad y de la autonomía de Brujas. En la Basílica de la Santa Sangre, del siglo XII, situada en el fortín (Burg), se guarda la reliquia de la Santa Sangre de Jesucristo. La Catedral de San Salvador, por su parte, es la iglesia parroquial más antigua de Brujas. La Iglesia de Nuestra Señora tiene la torre de ladrillo más alta de la ciudad. 




No dejes de visitar el Centro y Escuela de Encaje, donde se puede aprender a hacer encaje de bolillos y visitar el museo. Otra de las visitas imprescindibles en Brujas es su apacible Beaterio, una reminiscencia de la Edad Media en pleno corazón de la ciudad. Brujas también tiene un aspecto actual y dinámico: en 2002 fue Capital Cultural Europea, lo que sirvió para revitalizar la ciudad y poner en marcha una serie de proyectos de la máxima actualidad, como su nuevo Auditorio o Concertgebouw, una impresionante sala de conciertos, con un variado programa de actuaciones y conciertos.
Brujas te sorprenderá por su nutrido calendario de acontecimientos culturales. Uno de los más llamativos es la Procesión de la Santa Sangre, al final de la primavera. También valen la pena las Fiestas de los Canales, o "Reiefeesten", que se celebra cada tres años y rememoran la época medieval en Brujas. Durante el famoso Cactus Festival, que tiene lugar en el romántico parque Minnewater, se pueden escuchar conciertos de blues, reggae y música étnica. Y si buscas una alternativa a las rutas más frecuentadas, en las afueras de Brujas encontrarás tranquilos senderos, verdes prados y coloridos paisajes. No te pierdas la pequeña localidad de Damme, a sólo 30 minutos en barco por uno de los canales más bellos de Flandes.

Que hay que visitar:

La Plaza Mayor
El verdadero centro de la ciudad de Brujas está en el espacio conformado por la Markt (Plaza Mayor) y la plaza Burg contigua.
Las fachadas le otorgan una bella armonia. El edificio más impresionante es el Campanario con su carrillón. En medio de la plaza se halla la estatua dedicada a sendos héroes locales.
El campanario es el símbolo más popular de la ciudad, gótico, de los siglos XIII a XVI, con 83 metros de altura. Se trata de una poderosa torre de más de 300 escalones. Alberga un pequeño museo dedicado al edificio y su historia.
Arriba, junto al carillón de la ciudad, de 47 campanas (27 toneladas de peso en total), se goza de una estupenda vista sobre la ciudad y su entorno.


La Plaza de Burg
En esta plaza de Brujas hay varios elementos de interés: la basílica de la Santa Sangre, el Ayuntamiento, una antigua escribanía renacentista y un palacio del siglo XVI.
La basílica de la Sagrada Sangre está integrada por dos capillas superpuestas. La inferior es de 1150, románica, en tanto que la superior es neogótica.
En esta iglesia se venera una reliquia de la Sangre de Cristo, traída de Tierra Santa por el Conde de Flandes, en la segunda cruzada. En torno a esta reliquia se celebra anualmente una solemne fiesta religiosa
Tiene un pequeño museo con el notable relicario y algunos otros elementos de culto.
El Ayuntamiento es de final del siglo XIV, en estilo gótico florido. Su airosa verticalidad se realza mediante tres torrecillas. Es notable su sala gótica, con magnífica bóveda.
En la plaza destacan también la escribanía, renacentista, del XVI, con un museo provincial, y el antiguo palacio Brugse Vrije, del siglo XVI también, actualmente centro administrativo municipal. 


Catedral San Salvador
Es la iglesia más antigua de Brujas, corresponde a los siglos XI a XV, y ha sido recientemente restaurada.
Destaca por su torre, de 100 metros de altura, con torrecillas angulares que no son suficientes para hacer airosa la mole.
El templo tiene una interesante sillería, tumbas medievales y un museo con abundante colección pictórica. Cuenta con cuadros flamencos de autores como Dirk Bouts y Hugo van der Goes.  


Nuestra Señora
Nuestra Señora de Brujas es un templo de los siglos XIII a XV, con una torre que destaca por sus 122 metros de altura, hecha en ladrillo.
Alberga un rico patrimonio pictorico con buenas tablas; una Madonna con niño, en mármol blanco, obra de Miguel Ángel, y los mausoleos de María de Borgoña y Carlos el Temerario, del siglo XVI. También tiene otras tumbas pintadas, de épocas que van del XIII al XIV.



Los canales
Hay programadas sencillas excursiones por los canales de Brujas. Normalmente se desarrollan en todo el año, salvo los meses más duros de invierno, y tienen un recorrido de media hora.
El recorrido sirve para ver el centro de la ciudad con otra prespectiva, desde el nivel del agua. Es especialmente bello el tramo del canal que corre desde la plaza de Burg hasta la iglesia de Nuestra Señora.
Habitantes habituales de las aguas de Brujas son los cisnes. Estos animales tienen aquí una vieja leyenda.
En el siglo XV hubo una revuelta local contra Maximilano de Austria, a causa de una subida de impuestos. Entonces, los revolucionarios decapitaron a un alto dignatario cuyo escudo de armas llevaba un cisne. Dominada la revuelta, Maximiliano ordenó a los hombres de la urbe que a partir de aquel momento alimentaran a los cisnes de los canales, como forma de penar el crimen. 


Los Museos
La oferta museística de Brujas es notable, y atestigua la época de pujanza de la ciudad, íntimamente vinculada a la pintura de los primitivos flamencos.
Nombres como Van Eyck, Memling, Petrus Christus, Gérard David, Isenbrandt Ambrosius Benson o Jan Provost están ligados a la oferta museística del lugar.
El Groeningemuseum presenta una nutrida representación de todos estos citados. La sala de primitivos flamencos es excepcional. También tiene arte de épocas posteriores, hasta la actualidad.
El Antiguo Hospital de San Juan-Museo Memling, cuenta con seis magníficas obras del pintor, el relicario de Santa Úrsula y otros elementos diversos, entre ellos una curiosa farmacia del siglo XVII.
El museo Gruuthuse está en un viejo palacio, y cuenta con una magnífica colección de arte decorativo.
En la plaza Burg es necesario visitar la sala renacentista Brugse Vrije y la sala gótica del Ayuntamiento.
Otros museos son el del Diamante; el del campanario; el arqueológico, el del encaje, el Guido Gezelle, etc. 


Otros atractivos de Brujas:
No se agotan aquí los atractivos de esta bella ciudad. Esparcidos en su viejo casco se hallan algunos otros elementos de interés que cabe resumir:
  • Espacios como la bella plaza de los Curtidores (huidenvettersplein), el Beaterio (Béguinage o Begijnhof).
  • Edificaciones como las puertas de los viejos recintos de murallas, el palacio gótico de Gruutuse, la casa del Pelícano o los viejos molinos.
  • Iglesias como San Walburge, Santa Ana, de Jerusalén, etc.  

  
La Brugge City Card
Con la Brugge City Card tienes acceso gratis a más de 20 museos y lugares de interés de Brujas y puedes hacer un paseo en barca por los canales o un recorrido en el City Tour minibús. Además recibirás descuentos para conciertos, representaciones de baile, teatro y cine, descuentos para alquilar una bici o para un aparcamiento subterráneo o el transporte público. Diversas tiendas de museos te ofrecerán un descuento adicional. La Brugge City Card es una oportunidad única para descubrir la Venecia del Norte.








viernes, 24 de abril de 2015

LA BOQUERÍA. El mercado milenario de la Ciudad Condal.


El Mercat de Sant Josep de Barcelona, popularmente conocido como "La Boquería", es el mercado de productos frescos más popular de la Ciudad Condal y uno de los más conocidos de Europa. Medios de comunicación tan importantes como la CNN lo han destacado incluso como uno de los 10 mejores mercados del mundo. Esta fama ha hecho que los turistas lo abarroten y no es extraño que los extranjeros superen en número a la gente local. Pese a la masificación, consideramos que es un lugar de visita obligada en nuestra ciudad ya que sigue manteniendo la calidad de antaño. Quizá no es oro todo lo que reluce allí, pero merece la pena entrar aunque sólo sea para admirar el espectáculo diario. 




Breve historia de “La Boquería”
La Boqueria fue inaugurada en su actual emplazamiento en 1840, aunque se sabe que ya existía como mercado al aire libre desde al menos el año 1217, lo que lo convierte en uno de los mercados más antiguos del mundo que aún siguen en activo. Se cree que en sus orígenes fue un mercado ambulante que solía situarse en Las Ramblas, no muy lejos de la zona donde hoy se encuentra. Por entonces sólo consistía en unas pocas mesas donde se vendía carne, pero poco a poco fue aumentando el número de vendedores y la variedad de productos de la tierra. Su crecimiento y la popularización de Las Ramblas como lugar de paseo hicieron que su localización se convirtiese en objeto de polémicas y durante siglos no cesaron las reubicaciones.
A àrtir de 1840 la continuidad de La Boquería quedó por fin asegurada y fue consolidándose año tras año como uno de los grandes atractivos de Las Ramblas y de Barcelona. En 1911 se inauguró la zona de pescaderías en el centro y tres años más tarde su característico techo metálico. Desde entonces ha vivido varias modificaciones importantes y muchas de sus paradas han sido reconstruidas totalmente.





Significado del nombre “Boqueria”
Una de las preguntas más frecuentes en torno a La Boquería es sobre el origen de su nombre. Algunos creen erróneamente que está relacionado con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona. Según esta versión, “Boqueria” derivaría del lugar donde la gente se quedaba “boquiabierta” al contemplar los tesoros que el conde habría exhibido en la puerta de la antigua muralla tras la exitosa conquista de Almería. Para ser más precisos, según lo que he podido leer en la web de la Universitat de Barcelona, derivaría de “badoqueria”, nombre que refería a la actitud de los “badocs” (bobos) que se quedaban alelados ante la puerta.
La propia web de la UB señala que esta teoría es poco creíble ya que, entre otras cosas, existen incoherencias históricas. La versión más aceptada dice que en realidad el nombre de La Boquería se corresponde con la carne de cabrito, que era vendida por la comunidad judía ya en el S.XIII.





Tiendas, bares y otras paradas de La Boquería
En La Boquería podemos encontrar unas 250 paradas en las que se venden productos de alimentación, además de algunos bares, un punto de información, lavabos, el Aula Gastronómica y otros locales relacionados con el mercado. El punto de información se encuentra prácticamente en el extremo opuesto a la entrada desde Las Ramblas, siguiendo todo el pasillo central y girando a la derecha un poco antes de llegar al final. Allí se puede obtener un mapa con la ubicación de algunas tiendas seleccionadas. El resto de paradas tienen una numeración que también podéis ver en el mapa y que os será muy útil si buscáis alguna recomendación concreta. Los números de las paradas están bien visibles en sus letreros.
La parte más fácil de ubicar es la zona de pescaderías, que se encuentra en el centro y tiene forma elíptica. En el mapa, que también podéis ver online en la web oficial, los colores os ayudarán a distinguir las diferentes zonas (carnes, verduras, aves, frutos secos, legumbres y cereales, etc.), aunque el reparto no sigue una lógica al 100%.
En todo caso, desde aquí os invitamos a recorrer el mercado a vuestro aire, olfateando aquí y allá, degustando sobre la marcha, babeando ante las paradas más golosas y escogiendo según vuestro criterio. Eso sí, cuidado con los precios, que no siempre son reflejo de una buena calidad. Como dije, no es oro todo lo que reluce.







domingo, 19 de abril de 2015

EL BAZAR KHAN EL KHALILI. Un laberinto de colores y olores.


Un viaje al Cairo no está completo sin una visita a Khan el-Khalili, el gran bazar en el casco histórico de la ciudad. Este laberinto de callejones estrechos llenos de productos exóticos y recuerdos hechos a mano es un lugar fabuloso para explorar. No solo es un lugar perfecto para comprar productos interesantes, sino que el propio barrio también alberga famosos monumentos y hermosos cafés antiguos.

El olor a especias, la cháchara de los comerciantes, la rica mezcla de colores y texturas: Khan el-Khalili es un festival para los sentidos. Para completar la experiencia, déjese llevar por el dinámico ritmo del zoco, donde se compra, se vende y, en especial, se regatea desde 1382. Faroles, pipas de agua, rollos de papiro, aceites esenciales, recipientes de cobre y máscaras de faraón… Cuanto más se sumerja en el zoco, más estrechas se vuelven las calles y más auténticos los productos.





La arquitectura a las Mil y una noches
En la actualidad el zoco cuenta aproximadamente con 900 puestos y tiendas, pero a finales del siglo XIV no era más que un humilde comercio. En aquella época, el sultán construyó el bazar en el emplazamiento de un cementerio real. Como muchos bazares antiguos, la disposición de Khan el-Khalili está organizada de la forma típica por oficio. Por ejemplo, hay secciones con caldereros, comerciantes de oro y perfumeros. Pase por las puertas medievales, las escuelas musulmanas ("madrassas") y las mezquitas. El elegante minarete de la mezquita Sultan Ashraf Barsbay (que data de 1425) se asoma sobre el mercado de especias. En las proximidades encontrará la mezquita de Mutahar Al-Sheikh del siglo XVIII, con su magnífico suelo de mármol.




El-Fishawi, un café de 1773
Situado en una de las calles de Khan el-Khalili, El-Fishawi es un tradicional café egipcio con una larga historia: lo regenta la misma familia desde hace siete generaciones. Durante el último siglo, el café ha sido la guarida favorita de escritores y políticos famosos. En la actualidad los lugareños y los turistas acuden aquí para saborear un vaso de café arábico o té a la menta. Intente conseguir un sitio en el café entre los grandes espejos o hágase un hueco fuera mirando hacia el bullicioso bazar. Al lado de cada mesa hay una pipa de agua. El ambiente de la terraza está cargado de la inconfundible fragancia afrutada del tabaco de las cachimbas.





Wekalet El-Ghoury
A unos cientos de metros al sur de la entrada a Khan el-Khalili se encuentra otro monumento histórico que tiene sus raíces en el comercio. Wekalet El-Ghoury es un "‘karavanserai" original, una antigua posada de 1504 donde las caravanas solían pasar la noche. Los camellos de desenjaezaban en el gran patio con una fuente y los viajeros dormían en los tres pisos superiores de la posada. El impresionante edificio es motivo suficiente para visitarlo, pero también puede acudir a un espectáculo musical con danza tradicional egipcia. En la actualidad la posada es un centro cultural y un taller de artesanía.







martes, 7 de abril de 2015

EL MONTE RUSHMORE. Símbolo del espíritu de una nación.


El Monte Rushmore es uno de los monumentos conmemorativos más emblemáticos de los Estados Unidos. Se encuentra en el Condado de Pennington, Dakota de Sur. Alberga a una amplia gama de la historia de Estados Unidos que comienza desde los primeros habitantes de Black Hills hasta la diversa cultura que posee el país hoy en día. En el pueblo de Keystone, en medio de la montaña de granito este monumento con su eterno eco transmite el pasado y el presente de América.
En ningún otro lugar del mundo podemos encontrar algo parecido al Mote Rushmore, se trata de un conjunto escultórico tallado directamente sobre la montaña de granito. Su significado para el país es enorme, este gran monumento conmemora el nacimiento, el crecimiento y el desarrollo de los Estados Unidos de América.  El Monte Rushmore en total tiene 5,17 kilómetros cuadrados, es un monumento gigantesco con una gran historia.
Para crear esta obra maestra han sido necesarios muchos años de trabajo por parte de muchos trabajadores que, han hecho posible la existencia del Monte Rushmore.






En el monumento tallado sobre la montaña se pueden apreciar claramente los bustos de cuatro presidentes estadounidenses: George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. Estos cuatro presidentes representan los primeros 150 años de la historia de los Estados Unidos.
El escultor estadounidense Gutzon Borglum es el principal autor de las cuatro efigies de los cuatro presidentes que representa el Monte Rushmore, comenzó su trabajo en 1927 y se dedicó a él hasta su muerte. Para la realización de este proyecto trabajaron más de 400 trabajadores procedentes de todo el país, durante casi 20 años. Los rostros se hallan en una altura de 152 metros  y cada uno de ellos mide 18 metros, están repletos de detalles que hacen a este monumento muy realista. El maestro Gutzon Borglum ha dotado a los ojos de los rostros con unas características únicas. Había colocado una columna de granito de 56 cm de largo que sirviera como pupila, de esta forma  la luz del sol hace que los ojos de los cuatro presidentes parezcan aún más reales.
Pero este monumento ofrece mucho más que historia. Tras una reconstrucción del Monte Rushmore, que duro casi 10 años, se han instalado una extensa red de instalaciones de servicios y aceras. También existen sendas para los peatones que llevan en la parte posterior de Abraham Lincoln y proporcionan unas vistas maravillosas. Actualmente el monumento sirve como hogar para muchos animales y plantas propias de Black Hills, las “Colinas Negras”. El monumento está rodeado por unos paisajes estupendos, a medida que se vista el Monte Rushmore se puede disfrutar de una gran variedad de actividades que pueden convertir esta visita en una experiencia única.






Una de las opciones es explorar el Museo Lincoln Borglum, donde se pueden ver dos películas sobre el parque y la historia de Monte Rushmore.  Para visitar a este monumento hay que tener en cuenta que alrededor no existe ningún tipo de alojamiento ni tampoco transporte público. Existen tres maneras de llegar: en avión, en coche o caminado. Una manera muy interesante de llegar a Monte Rushmore es haciendo una caminata con los guardabosques que dura aproximadamente 30 minutos, se puede hacer tanto de día como de noche y es completamente accesible a personas discapacitadas. 
Entre muchas otras actividades en Monte Rushmore, existen talleres gratuitos de escultura donde se pueden aprender técnicas de tallado en roca, una estupenda área de exploración dedicada especialmente a los niños. El Monte Rushmore está abierto todos los días del año, excepto el 25 de diciembre.









miércoles, 1 de abril de 2015

EL CASTILLO SAN FELIPE DE BARAJAS. Guardián de Cartagena de Indias.


El Castillo San Felipe de Barajas, que evoca con sus muros imponentes el fragor de sangrientas batallas, era el guardián de Cartagena de Indias por la puerta de la “Media Luna”, el único acceso a la ciudad desde el continente.
La fortaleza más antigua, que corona el originalmente llamado “Cerro de San Lázaro”, es un bonete para 8 piezas de artillería, 20 soldados y 4 artilleros, construido entre 1656 y 1657 por orden del gobernador de la ciudad Don Pedro Zapata de Mendoza, con planos del ingeniero holandés Ricardo Carr y la dirección del maestro mayor Gaspar Mejia. la obra tuvo un costo de 13.235 pesos de oro, pagados en 2/3 partes por los vecinos de cartagena.
La fortificación completa del cerro, que convirtió a San Felipe de Barajas en una enorme mole de piedra con 63 cañones, fue terminada en 1798 por el ingeniero militar Antonio de Arévalo, luego de 36 años de duro trabajo.
con un costo total invaluable en dinero y vidas de esclavos africanos, el castillo es una de las obras más grandes realizadas en América durante el periodo colonial español.





Construido en 1657 por iniciativa de don Pedro de Zapata, gobernador de Cartagena, el fuerte o “Castillo” de San Felipe se asentó solitario sobre la cima del Cerro de San Lázaro. La estratégica posición que dominaba la Puerta de Tierra o Puerta de la Media Luna, único acceso a la ciudad desde el continente, había preocupado largamente a los estrategas a cargo de la defensa de la plaza.
El pequeño fuerte de campaña de San Lázaro, clave para la defensa de Cartagena, sufrió pocas modificaciones hasta 1762. Es de esta época que data el formidable complejo defensivo actual, obra de ingeniería militar sin par en América y que consagran el genio de su constructor Antonio de Arévalo.
Urgido por la amenaza inglesa contra Cartagena, el análisis de Arévalo lo llevó inexorablemente al Cerro como el punto neurálgico para la protección de la plaza. Esta intuición lo empuja a cubrirlo, partiendo del viejo “bonete” de 1657, con un complejo de baterías colaterales cada una perfectamente adaptada a la topografía y que cubrían, entrelazadas, un sector específico del terreno circundante.
Las baterías de la Redención, El Hornabeque, San Carlos y los Doce Apóstoles por el norte y San Lázaro por el sur quedaron cortadas sobre el lomo del cerro en solo siete meses, listas para atender a cualquier emergencia. Entre angustias y limitaciones presupuestales, Arévalo continúo sin embargo, durante siete años más tallando las piedras que hoy cubren el cerro y horadando las galerías contraminas cuya perfecta acústica asombra a los visitantes. Nada en San Felipe es superfluo. Todo obedece a un fin militar específico y ello no incluye túneles que comuniquen con la Catedral conseguido al menor costo posible. 






Aunque por montar más de 50 cañones de una gran agilidad táctica, el “Castillo” inspiró siempre respeto nunca más volvió a ser atacado, no todos los expertos estuvieron de acuerdo sobre su valor militar. Su forma no correspondía a la traza geométrica clásica que enseñaban los manuales de ingeniería y más de un superior e Arévalo propuso seriamente, o arrasarlo, desapareciendo fuerte y cerro del panorama cartagenero, o construir sobre el actual un nuevo fuerte más acorde con las nociones clásicas de la arquitectura militar de la época. Afortunadamente, a San Felipe lo salvó el presupuesto; nunca fue posible justificar ante la Junta de Guerra en España el enorme costo de tales propuestas y el fuerte sobrevivió en burocrática tranquilidad.